sábado, 22 de noviembre de 2008

Mas alla de la casualidad.

¿Te has puesto a pensar en todas las personas que conoces o conociste en algún momento, sean amigos, familiares, u otros, así las veas o ya no?, ¿son muchas o pocas?, ¿cuantos tus conocidos y cuantos tus amigos?.


Derrepente no has pensado en estas preguntas, pues las relaciones sociales son muchas veces automáticas y no solemos pensar, ni meditar sobre ellas, pasan, están ahí, fluyen, o ya no, se estancan o se van, pero algo queda: bueno o malo, positivo o negativo.


Hay personas a las que conocemos una ves y no las volvemos a ver, personas a las que vemos de vez en cuando, personas a las que por diferentes razones dejamos de ver, personas con las nos encontramos después de tiempo; algunos solo son conocidos, otros llegan a ser nuestros amigos, confidentes, enamorados, esposos, amantes, choque y fuga, etc.


Todo esto por diferentes razones: por que así lo queremos, porque el tiempo y la distancia nos separa, porque discutimos, porque alguien hizo o dijo algo que nos molesto o incomodo, etc; el asunto es que todas las personas entran en nuestras vidas por algo en especial: para enseñarnos algo, para compartir algo, sea grande o pequeño, cotidiano o novedoso, interesante o aburrido, triste o alegre, pensativo o instantáneo, real o ilusorio, simple o complejo; algo al fin y al cabo.


Así que aprendamos a observar a los demás, en cada detalle y momento, pues todos tienen algo por dar, mostrar y enseñar, por muy simple o complejo que esto sea; todo ello haciendo un balance.