La postergación, dilación o procastinación - como le llaman ahora - es dilatar, extender, dejar algo o varias cosas para después, para otro momento, en una sola palabra: demorar, aplazar, diferir.
Postergamos las tareas del colegio, los informes y trabajos de la escuela, instituto o universidad, los informes para el trabajo, las citas o reuniones a un medico o con otras personas, etc; pensando y/o diciendo: en un toque, mañana, ¿no puede ser después?, mas tarde, otro día, aún tengo tiempo, en un mes, el otro año lo haré, etc; lo hacemos por flojera, porque no ordenamos bien nuestro tiempo, porque nos hemos acostumbrado a hacerlo así, porque hacemos una o varias cosas a la vez en ese momento, porque nos confiamos, etc.
Esto es muy común en estos tiempos, postergamos y muchas veces lo hacemos el día anterior, apurándonos, con frecuencia llegando a amanecernos; incluso nos lo dicen y aconsejan: amanécete, así es la vida de estudiante, de trabajador; pudiendo convertirse esto en un vicio, causando muchas veces estres a quien o quienes lo practican, pero lo que muchos no saben es que pueden terminar así postergándose a si mismos.
Por ello, es mejor no hacerlo, como dice el dicho: "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", no postergues, procastines, ni dilates.
